En cambio otros gatos toleran menos el contacto e incluso sólo toleran uno o dos contactos sobre la cabeza. Estos últimos pueden reaccionar frente a un contacto continuado zafándose o bien mordiendo, lo que sorprende e irrita intensamente al dueño.
Un caso típico es el gato que sube al regazo de su dueño, quien de forma automática comienza a tocarle. Si no observa o bien desconoce alguna de las señales de irritación de su gato, como son el movimiento rápido de cola, lamerse a si mismo como forma de apaciguamiento, dilatación súbita de pupilas y leve movimiento de las orejas hacia atrás, el gato le morderá para parar el contacto irritante que está sufriendo y saldrá corriendo.
Tratamiento:
– Explicar al dueño que el que a un determinado gato no le guste que le toquen, no significa que no quiera estar cerca de él. ¿Nos gustaría que nos tocasen cada vez que nos acercamos a hablar con alguien? A muchísimos gatos les gusta estar sobre sus dueños pero sin que les toquen. Dependiendo del grado de irritación que sufra morderá o no.
– Cuando desee tocarle estará atento a las señales de irritación y parará antes. Las caricias deberán ser suaves.
– Terapia de juego: mejoramos la relación con el dueño y es la mejor actividad diaria del gato. Deberá utilizar siempre juegos a distancia y no sus manos (cañas de pescar, cajas, puntero laser )
Agresividad hacia personas desconocidas
Algunos gatos desarrollan conductas agresivas hacia desconocidos (bufidos, arañazos, mordiscos).Generalmente en el origen de éste comportamiento se encuentra que son gatos con intolerancia al contacto, inquietos pero curiosos que acuden ante la llegada de visitas en lugar de esconderse. El contacto físico repetitivo mediante caricias de las personas con el gato origina que éste muerda, arañe o bufe con la consiguiente reacción de rechazo del propietario ante esta situación, quien le regaña, le azota, le encierra…
Sucesivas situaciones semejantes provoca una anticipación de la conducta y el gato gruñe ante las visitas. En muchos casos los dueños avisan a los invitados de que su gato no es muy sociable, lo que provoca miedo en éstos y miradas intentas para ver en qué lugar está el gato. No olvidar que la mirada intensa a los ojos de un gato puede suponer una amenaza para éste con lo que estamos ante un círculo vicioso: el gato se ve doblemente amenazado ante las visitas.
Tratamiento:
1. Tanto las visitas como los familiares, deben ignorar al gato, no mirarle a los ojos y evitar todo contacto físico con él que pueda irritarle. Se debe actuar con él sólo para ofrecerle cosas agradables: juego, comida… Evitar siempre coger al gato en brazos y acercarlo a las personas ya que esto agrava su miedo y sus reacciones agresivas.
2. Si el gato es muy nervioso, es preferible que se refugie en una habitación tranquila hasta que las visitas se marchen.
3. Si una agresión es inminente, se utilizará un spray con agua sobre el gato y sin gritar, pegarle se le apartará.
4. Feromonoterapia si las visitas son muy frecuentes hasta no normalización de la situación.
Autora: Mª Luisa Palmero Colado – Miembro de GEMFE (Grupo de especialistas en medicina felina de AVEPA) – Gattos Centro Clínico Felino – Av. Menéndez Pelayo, 37 Madrid 28009, España – www.gattos.net
Fuente: Foyel.com.ar
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