Muchas veces, se cree que son producidos por falta de higiene, pero en realidad se esconden enfermedades cutáneas. Las causas son muy variadas, por eso es importante conocerlas.
Muchos dueños de mascotas suelen encontrarse con situaciones que pueden ser consideradas «complicadas» en sus animales de compañía. Estrés, problemas de comportamiento y conducta, cambios de hábitos y problemas de piel.
Este último suele ser confundido con la falta de higiene de la mascota. Tanto en perros como en gatos se observan algunas partes de cuerpo del animal «enrojecidas» y se suele creer que esto se debe a la falta de un buen baño o a que algún elemento, comida o producto como shampoo o perfumes lo ocasionan.
En la dermatitis por lamido, empiezan a lamer una o más extremidades provocándose lesiones importantes con bastante frecuencia. No es extraño encontrar partes de piel sin pelo, sensible, húmeda, engrosada y de un color más oscuro en el borde de la lesión. Generalmente puede darse en cualquiera de los miembros, más comúnmente del lado izquierdo, pero también en otras partes del cuerpo accesibles a la lengua como la zona inferior del cuello, el rabo o el abdomen.
Las causas que producen esto suelen variar de un animal a otro. Las más comunes son aquellas que derivan de problemas de comportamiento: comienzan a lamer determinada zona con insistencia, cortan su pelo, irritando la piel y produciendo mayor sensibilidad. Esto genera picazón y hace que continúen repitiendo este acto y generando, en casos extremos, lesiones severas.
La etóloga canina Silvia Vai explicó a Infobae que en el perro es muy frecuente que aparezca en los miembros y en el gato en el abdomen. También pueden producirse lesiones por rascado o frotamiento del cuerpo sobre una superficie. Pero siempre hay que descartar la presencia de alergias, problemas neurológicos o de piel previos.
Las razas más afectadas son el labrador retriever, dobermann, setter irlandés, gran danés, dálmata y perros pastores. Sin embargo, también pueden padecerla perros de tamaño pequeño y mestizos.
«Las razones pueden ser varias y entre ellas se encuentran la falta de contacto social durante mucho tiempo, la ausencia de estimulación sensorial, los llamados de atención mediante travesuras o un signo clínico que esconde un trastorno de ansiedad o una conducta compulsiva», aseguró la especialista.
«A partir de un examen es posible detectar lo que sucede. Diagnosticar lo que sucede y emplear un tratamiento adecuado, en algunos casos con la ayuda de medicaciones apropiadas, suelen ser algunas de las soluciones», detalló.
«Lo que hay que saber es que al igual que otros problemas de conducta, este puede prevenirse brindándole a la mascota la adecuada estimulación y contactos sociales, evitando siempre los malos tratos o la humanización para que su comportamiento sea equilibrado en la edad adulta», finalizó.
Fuente: https://www.infobae.com/tendencias/2017/09/15/cuales-son-los-problemas-de-piel-mas-comunes-en-mascotas/
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