Compartimos una serie de conceptos que deberían ser considerados por los interesados al momento establecer su propia empresa en el mercado. Tener seriamente en cuenta su administración y gestión es un primer gran paso.
Considerando los interrogantes que frecuentemente suelen plantearse en la mente de los profesionales en relación a la apertura de una primera empresa veterinaria es que esta Revista 2+2 presenta a continuación la primera entrega de un trabajo que constará de cinco capítulos, los cuales serán compartidos en las sucesivas ediciones de esta publicación.
De más está decir que, al mismo tiempo, estos contenidos quedarán almacenados en dosmasdos.com.ar.
Si bien no podemos dar cuenta de cifras oficiales que valoren nuestros dichos, coincidiremos en que más allá de las distintas salidas laborales que tienen los veterinarios argentinos tras recibirse, los primeros pasos en el campo laboral suelen darse en el marco de la empresa veterinaria.
Puede que se comience mediante pasantías o contrataciones formales entre terceros, o bien poniendo en marcha el emprendimiento propia.
Mi primera veterinaria
Más allá de las inquietudes vocacionales y el optimismo de quienes avanzan en la apertura de una Veterinaria, será imprescindible comprender que al momento de decidir comprar o crear una empresa propia se deberán considerar aspectos legales, económicos, familiares, materiales, humanos y financieros, entre otros.
¿A qué nos referimos? Por ejemplo a una decisión estructura que comenzará a introducirnos en el mercado: ¿nos inscribimos como Monotributistas o avanzamos hacia la figura del Responsable Inscripto?
Si bien es clara la necesidad de responder este interrogante bajo el asesoramiento de un contador, vale mencionar que el Monotributo es un régimen opcional, en el cual el límite de facturación máximo es de $ 1,05 millones al año (Categoría K), lo cual, en ese caso, redunda en un tributo mensual estimado de $ 4.725 y demanda los siguientes requisitos: un mínimo de tres empleados, hasta 20.000 KW de consumo eléctrico anual, una superficie cubierta en uso igual o menor a los 200 m2 y un alquiler anual máximo de $ 126.000.
Por su parte, el Régimen General exige el pago de Jubilación, IVA e Impuesto a las Ganancias, en el caso que corresponda.
En este régimen, no hay límite de facturación, pero el contribuyente está obligado a emitir factura electrónica, debe hacer una declaración mensual de IVA y una anual de Impuesto a las Ganancias.
Habilitaciones
A su vez, será imprescindible que los involucrados en el emprendimiento se nutran de la legislación vigente vinculada a la comercialización de zooterápicos y el libre ejercicio de la profesión, conociendo sus alcances y limitantes.
La recomendación en este campo es sin dudas recurrir a los distintos colegios y consejos profesionales de nuestro país, los cuales no solamente podrán suministrar la documentación mencionada, sino también informar sobre las distintas normativas vigentes a nivel municipal y provincial.
Cumplir con estas obligaciones desde el inicio de la puesta en marcha del proyecto sin dudas que aportará a la mayor seguridad y tranquilidad de los involucrados y, fundamentalmente, sus clientes.
Estrategia
La bibliografía en Administración de Empresas suele destacar que el origen de una pequeña empresa generalmente está asociado con la detección de una necesidad u oportunidad de negocio.
Es decir que para abrir una veterinaria, primero debería existir la necesidad de que esto se concrete en la realidad. Caso contrario, se podrá avanzar con la iniciativa, pero los resultados a lograr podrían no ser los esperados.
De allí la importancia de determinar si es factible el emprendimiento, averiguando cuáles serían las condiciones favorables para hacerlo.
Este tipo de trabajos sin dudas que incluirá valuar la potencial ubicación del local, las características físicas internas y externas de las instalaciones, y la inversión (al menos en tiempo) de concretar un estudio de mercado previo.
¿Qué situaciones debería contemplar este trabajo?
Estimar el personal que deberá contratarse en el presente y en el futuro, trabajar sobre proyecciones de venta y costos, presupuesto de ventas mínimas anuales, proyecciones financieras mínimas anuales, estados de flujo de efectivo, fijación de puntos de equilibrio y balances generales, entre otras.
En momentos donde se deberá salir a competir con veterinarias de mayor trayectoria en el mercado, el no disponer de la información mencionada (por más compleja que parezca) llevará a que el único argumento de venta que exista esté ligado a la baja de los precios, tanto en productos, como en honorarios.
Es una elección de cada uno…
La ubicación de la veterinaria
Esta variable sin dudas que puede ser considerada un factor de éxito para el desempeño comercial de una Veterinaria.
Sobre todo si tenemos en cuenta que existen determinadas empresas, como las de venta al por menor, que tienen un alto grado de riesgo de fracaso si están mal ubicadas físicamente.
Si bien esto puede llegar a comprenderse, al momento de avanzar realmente suele tomarse a este tipo de decisionesa la ligera pensando solo en la posibilidad de encontrar un lugar disponible en el momento justo de la búsqueda, la cercanía del lugar donde uno vive, la familiaridad con el barrioy/o la disponibilidad de una empresa en venta.
Lamentablemente, suele creerse que estas son razones suficientes para decidir la instalación de la empresa en determinado lugar.
Lejos de este tipo de razonamientos, los expertos aseguran que una buena decisión en materia de ubicación “es el resutado de una secuencia de decisiones ordenadas previas, las cuales han ayudado a eliminar alternativas hasta formar la decisión definitiva del sitio presiso donde se ubicará el local”.
De allí la importancia de comprender que las Veterinarias deberían instalarse, preferentemente, en una zona geográfica donde se prevea que tendrá un buen futuro económico.
¿Y cómo podemos certificar esta situación? Investigando, preguntando en cámaras de comercio, organismos de gobierno o simplemente recorriendo la zona con la mente puesta en el objetivo inicial.
Una vez seleccionada la zona, se debería avanzar en el lugar específico, para lo cual se debiera considerar información vinculada a la composición comercial e industrial de la zona, el poder adquisitivo, la cercanía con parques y plazas o con los sitios de reunión entre productores ganaderos, el acceso a los establecimientos productivos y situación de la competencia.
Y es esta última la cual no podemos descuidar. Será clave estudiar y conocer qué empresas de la zona venden o prestan un servicio similar al nuestro.
Como queda claro, realizar estudios de factibilidad permite identificar obstáculos que podrían presentarse, descubrir áreas de oportunidad que no se habían considerado y evitar realizar malas inversiones.
Bibliografía consultada: Administración de Pymes. Emprender, dirigir y desarrollar empresas. Editorial Pearson.
Fuente: Revista 2+2
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