Tanto en los mitos antiguos como en las creencias populares, los gatos son terapéuticos y «psíquicos». De esto dan cuenta los amantes de los felinos en su día a día.
Gatos y energía.
Mascotas de departamento: ¿qué debemos tener en cuenta?
Y hay una famosa frase que lo dice clarísimo: “los perros son nuestros guardianes del mundo físico; los gatos, los son de nuestro mundo energético”. Hay otro saber popular que reza que, mientras los perros absorben la energía negativa y la catalizan a través de enfermedades, los gatos la transmutan en energía positiva.
Pero, ¿cómo se manifiesta esto en experiencias cotidianas? “Cuando Marcela, mi ex, enfermó de cáncer, nuestro gato Felipe estaba permanentemente en su cabeza, en sus pies, todo el tiempo junto a ella”, cuenta Juliana. Son incontables las historias acerca de cómo los gatos perciben las zonas del cuerpo afectadas o los momentos de dolor, y se acuestan al lado o “amasan” con sus patas la piel. Dice Mili: “Un día llegué súper angustiada a mi casa, me senté a llorar y me recosté en la mesa. Mi gata, que casi siempre es cero cariñosa, subió, se acostó en mi espalda y empezó a hacerme «pujito» ese movimiento que hacen con sus manos como si estuvieran amasando. Estoy segura que me hizo un estilo felino de reiki”.
La gatocracia
Ante problemas familiares, discusiones o traumas, los perros suelen enfermarse o tener cambios de conducta. Al los gatos también puede sucederles esto, pero previamente ayudarían a atravesar los procesos de crisis descargando y, sólo cuando se ven superados, es que se enferman. Por eso se recomienda tenerlos de a dos, para que se ayuden mutuamente (además de que comparten juegos y se acompañan).
Aunque parezca extraño, según un estudio de la Universidad de Bristol, los gatos jamás fueron domesticados por el ser humano, como sí ocurrió con los lobos. ¿Será por esto que son insumisos, libres y muchísimas veces caprichosos o empecinados? Ellos nos ven a los humanos como pares y no como amos o dueños, solo dependen de nosotros para alimentarse y, si no cumplen con su cometido, irán a procurarse su alimento por ahí.
La elección de personas favoritas es otra faceta anárquica de los felinos que nos habla de una percepción sutil independiente y particular: ellos eligen a qué faldas subirse, a quién ronronear y seducir, como también eligen a quién ignorar. “Observá cómo se comporta tu gato con las visitas y te vas a ahorrar unos cuantos dolores de cabeza”, sería el lema. Cuenta Natalia: “Pepa, mi gata, es una gran guardiana y percibe mucho. Es muy sensible. Yo la miro a los ojos y ella me habla. Pasa mucho en las clases en casa con mis alumnos y cuando alguien está triste o bajo de energía, aunque no sea visible para el resto, ella lo percibe: se sube encima, se queda al lado”.
Mr. Salem o el psíquico del hogar
Desde los guardianes del hogar de la diosa egipcia Bastet, hasta los gatos negros de las brujas (las medievales, pero también las neo brujas), se les atribuye la capacidad de ver más allá. ¿Quién no encontró a su gato(a) observando un punto invisible en el aire por largo rato? ¿Quién no sospechó que en ese punto había algo más que una mera obsesión gatuna? Otra cosa que suele decirse es que ellos perciben el lugar más “cargado” del hogar, aquel que vibra más bajo, y permanecen ahí para cambiar esa energía. ¡Mejor no ir ahí hasta que él haya hecho su trabajo!
Gatos y energía.
En el Egipto antiguo los ojos de los gatos eran pequeños soles que guardaban la luminosidad durante las horas nocturnas. Otros animales salvajes parientes, como la pantera o el jaguar, también tienen en la noche y bajo la luz de la Luna llena, sus horas de mayor esplendor. Ven lo que no vemos, se mueven como peces en el agua en las sombras y a veces hasta entran en nuestros sueños. “Hace unos años atrás vez soñé que mi gato Ají me daba la solución para un problema familiar, el parecía tener todo clarísimo y me lo transmitía con sus ojos”, recuerda Verónica. El típico gato negro que se comunicaba con su ama bruja para advertirle peligros y ayudarla en sus hechizos, devino en el gato doméstico que nos “avisa” cuando algo lo inquieta. Maúlla y grita cuando algo está desordenado. Se restriega por el piso cuando hacemos una limpieza como “desprendiéndose” de algo que no le gusta.
Los felinos son considerados animales totémicos o chamánicos en muchas culturas ancestrales. Su sigilo, su bella manera de ignorarnos -y a la vez de regalarnos momentos de paz inigualables-, su ronroneo terapéutico y su intuición magnífica e instintiva los posiciona en el lugar de aliado energético infalible.
Fuente: https://entremujeres.clarin.com/entremujeres/mi-mascota-y-yo/historias-felinas-mascotas-culto-gatocracia-mistica_0_rJj4nItag.html
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