La ingestión de heces propias o ajenas se llama coprofagia y puede deberse a un mal funcionamiento del páncreas (causas orgánicas) o responder a un trastorno de conducta (causas comportamentales).
Cuando hay una dificultad para absorber los nutrientes, pancreatitis, infecciones intestinales o una alimentación deficiente. En estos casos, tu mascota puede presentar otros síntomas como diarrea, pérdida de peso, pelo sin brillo, mal aliento y un aumento considerable en la cantidad de agua que bebe.
En ocasiones, tu mascota puede comer su propia caca por ansiedad, estrés, aburrimiento o buscando tu atención. Luego de haber recibido un reto, puede hacerlo para evitar ser castigado nuevamente. También por higiene o falta de espacio ya que intenta mantener su lugar limpio.
Es muy importante que consultes con tu veterinario apenas notes este comportamiento en tu mascota.