La automedicación es peligrosa tanto en humanos como en animales. Y casos concretos demuestran que por intentar ayudar a una mascota a que se sienta mejor se le brinda un remedio que puede empeorar su estado de salud o, en el peor de los casos, hasta puede provocarle la muerte.
Son muchos los que observan que su gato o su perro está triste o dolorido y deciden automedicarlos con remedios que, alguna vez, el veterinario les recetó por alguna anomalía. Creídos de que la situación mejorará deciden por su cuenta arrancar un tratamiento pero no ven mejorías con el paso de los días. El resultado de la automedicación, en la mayoría de los casos, es terminar consultando al profesional.
Uno de los errores que generalmente cometemos no es equivocarnos del remedio que le estamos dando, pero sí en las dosis más elevadas que le suministramos a la mascota.
Es por eso que cuando una mascota padece un malestar, es frecuente que se piense la posibilidad de recurrir a las propias medicinas que tenemos en casa para aliviar el dolor, y de paso ahorrarse la visita al veterinario. Pero el “remedio” puede salir más caro que la enfermedad.
La falta de conocimiento de muchos dueños de mascotas cuando piensan “si yo tengo fiebre, me tomo esta pastilla, cuando mi perro tenga fiebre le voy a ofrecer la misma” es, sin duda, un grave error.
Ante todo el perro o el gato no es un ser humano, por lo que su cuerpo no acepta ciertas sustancias que, sin embargo, sí toleramos nosotros.
Sólo como ejemplo, los antiinflamatorios como el ibuprofeno, y los analgésicos como el paracetamol, se encuentran entre los fármacos que en más ocasiones los dueños les dan a sus mascotas, sin consultar antes con su veterinario.
Los especialistas advierten que el uso del ibuprofeno en perros no es recomendable, aunque sí lo es algunos tipos de compuestos con paracetamol en las mascotas, aunque siempre bajo la atenta mirada e indicación del veterinario.
Y en este punto hay que hacer hincapié en que no necesariamente se debe ir hasta la veterinaria. Con una simple llamada telefónica puede alcanzar y, en algunos casos, salvar incluso la vida del perro.
Los medicamentos humanos pueden ser peligrosos, e incluso mortales, cuando los ingiere un perro. Nunca hay que darle a la mascota fármacos para personas sin la prescripción de su veterinario. No se debe tratar de calcular la dosis que debe ingerir el perro infiriendo la información que contienen los prospectos para los niños o para el adulto. Hay que tener en cuenta que el mercado veterinario avanzó de forma notable ya que existen productos específicos para perros y gatos que velan por su salud y seguridad.
Fuente: http://www.eldia.com/nota/2018-1-21-3-58-11-errores-comunes-que-pueden-costar-caro-la-automedicacion-de-las-mascotas-un-riesgo-que-no-vale-la-pena-correr-revista-domingo
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