Al referirnos a miedos o fobias, debemos dar una mención especial a la fobia a los gatos o ailurofobia, que se trata del miedo irracional de una persona hacia los felinos. Normalmente está vinculado al desconocimiento de la especie y, de todas las leyendas que se conocen sobre ellos. Pero, ¿cómo impacta esto en nuestro gato? ¿Puede afectarle?
En ExpertoAnimal queremos ampliar la información sobre ¿los gatos perciben nuestro miedo? Muchas personas no quieren ni acercarse a ellos y, al intentar un acercamiento, es con tanto miedo, que en muchas ocasiones no resulta como esperábamos y el retroceso en vencer el miedo es mayor. Vamos a ver algunas técnicas para que ambas especies estemos cómodas en la relación.
¿Qué significa ailurofobia?
Es el miedo extremo e irracional a los gatos. La palabra proviene del griego ailouros (gato) y phobos (miedo o temor). Es muy común entre personas que desconocen la especie o, no son muy afines a los animales, por lo que en éste último caso, en general, temen a más de una especie.
Como la mayoría de las fobias es emitida por el subconsciente a modo de protección, no es tan sencillo de controlar ya que se trata de un problema psicológico. Tenemos diferentes raíces o causas por la que éstas personas pueden sufrir este problema:
- Malas experiencias en la infancia y estos recuerdos quedan anclados en el subconsciente apareciendo ante la presencia del animal. También puede ser debido a observar el miedo de los padres a la especie y adoptan el comportamiento como propio.
- No tener interés en conocer a los gatos, lo que se visualiza como un miedo leve o desprecio ya que nunca tuvieron un gato y prefieren ignorarlos.
- Mala prensa como que traen mala suerte, relacionados con brujerías o el diablo.
Síntomas en humanos
Cuando existe esta fobia o miedo hacia los gatos tenemos una serie de acciones que realizamos, en ocasiones sin notarlo, pero que los gatos no pasarán por alto. Tenemos distintos grados de temor, algunos muy leves, personas que ni los tocan ni acarician, simplemente «pasan de ellos» hasta, los que dicen «por favor encierra a tu gato, tengo mucho miedo».
En el caso de sufrir mucho temor hacia los gatos tendremos una serie de síntomas debido a la ansiedad contenida por su presencia como:
- Palpitaciones
- Temblor o agitación
- Alergia nasal o tos
- náuseas y/o mareos
- sensación de asfixia
Pueden ser algunas de las reacciones más visibles en personas ante la presencia de un gato, es algo similar al ataque de pánico. Deben ser tratados con psicólogos para poder superar la fobia. Pero curiosamente, en los casos más leves de miedo, es habitual observar que el felino se acerca más a ellas. ¿Qué les lleva a buscar a la persona que les teme o no los quiere cerca?
Los gatos huelen el miedo
Todos hemos escuchado alguna vez que tanto gatos como perros pueden oler el miedo. ¿Mito o realidad? Se trata de una realidad, en especial considerando que son predadores y deben conseguir su alimento para sobrevivir.
Cuando tenemos miedo a algo siempre notamos que transpiramos y en general el sudor es frío. Las manos y la nuca sudan y, acompañando este extraño sudor, desprendemos la famosa adrenalina, que nuestros «cazadores» pueden reconocer a kilómetros de distancia. Es algo que no podemos controlar, lo mismo que un ratón en presencia de un gato o un ciervo en presencia de un león.
Pero no es exactamente la adrenalina la que huele sino, las feromonas que desprende el cuerpo ante una situación de estrés. Aquí debemos resaltar algo más, las feromonas son detectadas por los individuos de la misma especie, por lo que no es lo que huele nuestro gato cuando tenemos miedo. Entonces, ¿qué hace que el gato detecte el temor en las personas?
Son las actitudes las que nos delatan. Cuando tenemos plena confianza en el animal intentaremos el contacto visual para tocarlo o jugar pero, en casos donde le tememos, bajamos la mirada, como ignorándolo. Cuando el gato no hace contacto visual con nosotros, lo tomará como una señal amistosa y se acercará. Así explicamos el por qué se acercan a personas que no los quieren o, le temen. Es parte del lenguaje corporal felino, lo realizamos sin darnos cuenta y el gato lo interpreta de forma positiva.
La mirada en los gatos forma parte del lenguaje corporal, tanto con los de su misma especie como con otras especies. Los gatos cuando se enfrentan a otro gato suelen mantener un contacto visual sobre su interés o, cuando están por cazar una presa. En los documentales vemos que el león mantiene la mirada fija en su «futura presa» y agazapado llega hasta ella.
Cuando como personas establecemos un contacto visual muy fuerte con un gato, en especial si no nos conoce, es probable que se esconda o nos ignore, ya que resulta amenazante para ellos. En cambio, si intentamos ignorarlo, más se acercará ya que no representamos peligro para ellos.
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