Entre las enfermedades parasitarias que comprometen la salud de nuestras mascotas se presenta los cestodes o gusanos chatos, entre ellos el más común es la parasitosis producida por Dipylidium caninum, que tiene su mayor prevalencia en zonas urbanas por la presencia concomitante de piojos y pulgas en los perros. También puede afectar en forma ocasional a gatos y en forma accidental a las personas, especialmente a niños presentándose como una zoonosis.
El Dipylidium caninum es un parásitos chato, que se ubica comúnmente en el intestino delgado del perro. Tiene una forma típica similar a eslabones de cadena de hasta 70 cm, con sus segmentos (proglótidos) en forma de granos de arroz. Si nuestra mascota tiene pulgas o piojos se desarrolla un estadio larvario en su interior que es importante para que se continúe el ciclo y sumado al hábito común del perro de lamerse y rascarse ingiere estas pulgas con el estadio larvario en el interior y desarrolla nuevamente el D. caninum. El hombre, especialmente los niños pueden contagiarse por la ingestión accidental de pulgas o piojos al jugar con sus mascotas.
Parásito adulto de Dipylidium caninum
Esta parasitosis generalmente se presenta sin signos clínicos, pero sí el número de gusanos chatos (cestodes) aumenta, puede producir signos comunes a otras enfermedades (diarreas alternadas con estreñimiento, dolores abdominales y pérdida de peso) a pesar de esto el dueño puede manifestar que encontró segmentos similares a granos de arroz y que su mascota se arrastra sobre su cola, que es un signo de prurito o rascado anal ocasionado por los movimientos reptantes de los segmentos (proglótidos) alrededor del ano.
Teniendo en cuenta la presencia de pulgas o piojos, se realizará el diagnóstico definitivo mediante el análisis de la materia fecal para la observación de huevos de Dipylidium caninum incluidos en su cápsula.
Huevos de Dipylidium caninum incluidos en su cápsula ovígera.
De esta manera el médico veterinario podrá realizar el tratamiento específico para gusanos chatos con el uso de Praziquantel, el cuál deberá repetirse en forma profiláctica cada tres meses. También podemos prevenir esta parasitosis eliminando las pulgas de nuestras mascotas y del ambiente con productos específicos para
pulgas; recalcando a su vez al propietario el destino de las heces en el contexto de la tenencia responsable de mascotas para controlar la diseminación de esta parasitosis.
Dana Vanina Plaza
Médica Veterinaria
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