Muchas veces escuchamos en la Consulta Veterinaria que nuestro perrito al que trajimos a casa con mucha ilusión se ha convertido en un dolor de cabeza, muerde los muebles o los zapatos de su amo, salta incansablemente hasta poder agarrar con su hocico la ropa de los tendederos, excava en el jardín compulsivamente haciendo numerosos huecos que luego nos toca tapar a nosotros y generalmente esta situación termina con la expulsión de la mascota fuera de casa, lo cual trae una situación de frustración para el propietario pero más aún un cambio de vida que generalmente va para peor para el perro.
Lo más recomendable es tomar las riendas del asunto desde que llega el cachorro a casa, un cachorro al que se le deja hacer lo que le dé la gana será un perro adulto difícil de controlar.
Aclaremos que para el perro una de sus partes más importantes del cuerpo es su hocico, le sirve para tomar los alimentos pero también para jugar y defenderse. Por lo tanto comprendamos que desde pequeño el animal necesita morder algo, lo mejor es conseguirle un juguete que lo sepa como propio y con el cual pueda jugar constantemente, una pelota o un hueso de cuero de los que venden en cualquier supermercado o veterinaria puede servir, a veces y por la raza del animal es necesario conseguir objetos que sean más duraderos pues los perros los destrozan muy fácilmente.
Si el animal se muestra demasiado mordedor el mejor camino es tomar su hocico con la mano cerrándolo y diciéndole un rotundo ¡NO! aunque es recomendable que no juguemos mucho con su hocico cuando es cachorro, ya que lo que puede parecer hasta cómico cuando es cachorrito, posiblemente será un perro agresivo en el futuro.
A un animal no hay que prohibirle el juego ya que es necesario en su vida no solo cuando es cachorro sino siempre, pero eso no quiere decir que permitamos que el animal salude a los visitantes haciendo demasiada alharaca, si este es el caso lo mejor es pedir a las personas que llegan, que se muestren indiferentes hasta que el animal se calme.
Cuando son cachorritos y se muestran demasiado inquietos con su amo o con los visitantes lo mejor es cargar al animalito y recostarlo sobre su espalda lo mantendremos así diciéndole su nombre y calmándolo hasta que acepte esta posición que en los perros es aquella de sumisión y por lo tanto de aceptación de autoridad.
En anteriores ocasiones hemos comentado sobre la necesidad de que los perros pasen un tiempo importante de su vida en compañía de sus amos esto es muy beneficioso para evitar que adopten conductas anormales.
Pero por otro lado si observamos una conducta que no era habitual en nuestro perro lo mejor será pedir ayuda profesional puesto que hay conductas que no necesariamente sean fallas de comportamiento sino más bien son problemas fisiológicos y son signos importantes de alguna enfermedad, como por ejemplo es la obsesión por morderse la cola o cuando se arrastran sobre el piso luego de que hacen una deposición, signos que nos pueden indicar un parasitismo intestinal que debe ser tratado urgentemente.
Si lo que tenemos es un perro adulto que es muy travieso y destructor en casa, podría servir que pida ayuda a un adiestrador profesional normalmente corrigen el problema y establecen normas de conducta en el perro pero también le indicarán cuales son las normas de comportamiento de nuestra parte para corregir al animal.
Autor: Dr. Fernando Fernández de Córdova V.
Clínica Veterinaria Fernández de Córdova
Cuenca, Ecuador
Fuente: Foyel.com
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